POEMAS DE JOSUE RAMOS
Ni estelas de tu amor
La última imagen de vos la última de tu voz de la desnudez de tus párpados ya fue calcinada por los años
–y por las arrugas del olvido–
incinerada en la hoguera del jamás
no hubo ni rastro de ceniza no hubo
ni huella del recuerdo no hubo ni
estelas
de tu amor.
Verano
Clava los clavos, verano, clávalos en
mi mano y vete –de mí- despacio.
No estaré en los crepúsculos donde te
miraba. Vete despacio. Olvida dar azotes en mi espalda mancillada. Vete por los
bordes de los labios del astro.
Y no tortures mis pecados.
Vete despacio. No me castigues, verano verdugo, en
vano.
Polvo del mundo
La noche ha agravado su música
nocturna la luna ha derramado su luz en sucios charcos los perros en celo
aúllan al placer o a la luna los faroles se han reunido con la niebla que queda
el misterio con que ayer se vestía el mundo es polvo
Los caminos tejen su rumor de huellas
lejanas los paisajes dicen que los pintores
están muriendo de catarro o de tristeza y hay muchachas que duermen
y sueñan con besos de muertos poetas
¿qué haremos con tanto polvo del
mundo?
La lluvia ha agotado sus pupilas de
nube y mientras el sol se retuerce en el
juego de su tráfago yo me río a
carcajadas con el último recuerdo que me hizo llorar y me
vuelvo a preguntar
¿qué haremos con tanto polvo del mundo?
La niebla y un hombre
El frío escupe su niebla, sus
gaviotas gélidas de humo abrazan la soledad de mi tacto.
El miedo pasea sus garras por mis manos sosegadas: Ya no veremos las
mismas estrellas, alma mía…, ya no.
Los grillos parecen pedazos del cielo
de la noche, que cantan las cosas que nunca entendimos.
Los cipreses ya conjugaron el último baile al viento nocturno y sin
nuestra mirada.
Sabes, ahora sí, condenamos al cadalso el “juntos” .
¿Qué haces, amor mío, esta noche, a estas mismas horas?
¡Ya nunca lo sabré más!
Yo, ahora mismo, me adentro en la niebla, y pienso esas cosas
que pensé no pensaría, jamás.
a I. S.
Recuesta los párpados Recuesta los párpados y alejémonos de esta triste aurora, de la
mano, juntos… con mi cariño basta para abrazarnos.
¡Qué más brazos podrías pedir si bastan
los míos!
¡Qué más besos podrías desear si aquí
están mis labios! Recuesta los párpados, y toma mi sombra,
es tuya siempre lo ha sido.
Deja que mis palabras curen tus
hieles.
Deja que te sorba en mi lengua…
Recuesta los párpados y no permitas
que me vea en tus ojos.
Mantenme un poquito en tus
pensamientos,
no mucho mientras me alimento de tu
figura. Recuesta tus párpados y deja que
tu piel hable con mis labios...
Comentarios
Publicar un comentario