POESIA DE ERICK AREVALO
ULTIMA DOSIS A Jesse Pinkman . Escurre la última gota sobre un desvió de acero inoxidable, se incorpora en la carretera principal, directo a la miseria de Albuquerque. Rota la piel es cuando el universo se expande en el azul de mis pupilas cuando todo el torrente recorre la profecía de mi madre, soy cosecha perdida. Nada importa más que la adoración de mi espalda en la cama y el abrazo de quien conmigo canta cada mililitro como consigan de dolor labrada en las entrañas. Reconozco este olor a muerte, se que a mi lado un cuerpo no vera más noches pero en mi noches siempre veré ese cuerpo. No te vayas, no dejes a la deriva este lienzo sin pintar. Siento como las arcadas expulsan tu alma. Mi cuerpo, una losa donde almacenaré este instante. En el reverso de mis parpados escondo una plegaria, la repito en voz baja antes de abrir mis ojos: “Que haya sido una pesadilla”. Duermevela maldita, perdón señor Margolis, perdón. Pero ella nunca soportó el espanto de cumplir expectativas. Due