POEMAS DE RENZO CASTRO

 


Sobre los olvidados

Matinales suspiros
a los ojos ciegos
Desaires y bostezos
de algún muerto
jamás llorado
Caen las hojas
de árboles azules
que bailan al caer
donde su hondo
susurro son
secretos que nunca
cantarán                                                                                                                              ¿Con qué sueñan los árboles?
¿Cuál fue el sueño del último muerto?
Todos lloran en coro
ninguno responde
Al hondo azul del cielo
caen las hojas
al caer duermen,
duermen profundamente
Las raíces solo
acarician a todos los muertos
a los que jamás terminaron de llorar.

 

 

 

 

 

 

Noches cotidianas

El brillo claroscuro de las noches
resplandece sobre los robles
Sinfonías de grillos y cantos
de aves nocturnas donde
los acompaña algún claxon
de un casi inservible auto

Las riñas amorosas entre los gatos

empiezan sobre los tejados

y otros que solo maúllan sus nostalgias 
¿Qué dirán? ¿A quién extrañaran?
El mensajero de todas estas notas
es el claro silencio que antes habitaba
En el aire sobrevuelan
partículas de aromas agradables  

que trato de reconocer con una

mala imitación de Jean-Baptiste Grenouille

pero solo pasan y pasan

La luna ya ha comenzado a observarnos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre los techos

La lluvia, y sus gotas, todas las gotas

Caen devotas y resbalan sobre los techos

Cualquiera que pudiese fijarse lo apreciaría

En la simetría de cada una de ellas

Representado una magnífico ballet cortesano

 

                            Y resplandecen ante los ojos de un viejo

                             que cauteloso las mira desde alguna ventana

 

Las gotas caen y acarician los techos

Besan las mejillas de alguna muchacha

Y le hacen brotar alguna palabra en silencio

 

Todos en silencio, esperan, esperamos, escuchar

alguna de sus voces, no dicen nada, callan,

Como para sacar de quicio a cualquier espectador.

 

Esperamos a que termine la escena de la lluvia,

Y quizá, por ser el final, todo en silencio,

Unos lloran, otros en la oscuridad aplauden,

Desde otras ventanas, bajo otros techos.

 

 

Tardes desde las bancas

Se han oído blasfemias
disparadas a los cielos a la hora
que se encienden las luces en los bares
Personas que se dirigen
a ninguna parte después de horas
laborales,
Se escuchan,
los escapes humeantes y la tos de
algún motor deteriorado
del transporte colectivo,
por las aceras caminan
muchachas con mucho maquillaje
y ebrios que han empezado a beber
por cuarta o quinta o sexta vez
Veo a los desconocidos
en sus prácticas cotidianas
mientras el vaho de la tarde noche
hace comenzar mi epifanía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alguien está mirando hacia arriba

Mira, y mira, cosas que los neandertales algún día observaron confusos

Alguien está mirando el cielo, y bosqueja sus días pasados

Un suspiro y el profundo perfume de cosas viejas

 

Los pétalos que renacen de sus vidas pasadas,

la carne fría de los amantes descubiertos

 

Alguien está mirando hacia arriba

El inmaculado rostro está petrificado en sus desdenes

escuchando las campanas de viejas catedrales

 

Los días venideros ya no son inciertos

Los retratos del miedo se han convertido en polvo

Alguien está mirando hacia arriba y mira y mira y mira.  

 

 RENZO CASTRO 

POETA Y NARRDOR


 

 

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