POEMAS DE ROXANA ARTERO

 


Postal

 

¿Quién tiene la definición exacta de paraíso?

¿La ultima estocada al vigor de lo que habitamos?

¿Boletines y panfletos de respuestas?

¿Las estadísticas de sucesos más buscados?

¿El color del amor que nadie rechaza, pero no reconoce?

¿Quién no se da a la fuga en los sobresaltos?

¿Quién en el escape no ahoga la llaga homicida?

 ¿Quién no ha dado  risotadas señal de auxilio?

 

Más allá de estrujar lo incomprensible,

 evoco estos sitiados lugares de cobertizos vacíos,

rebote, rebote y rebote en la construcción de cada nombre.

 

La  mujer destrozada  en trazos de bitácora,  fantasea en  la periferia.

El hombre  se evapora destrozado y ensimismado buscando, buscando, buscando….

 

Voy al letargo 

 es mi hora

desafío   la celebración del misterio,

felina y   justiciera.

Han descendido millares de hormigueros

 por despojados y rendidos.

y en el engranaje continúan con la misma ferocidad

merodean y en su incertidumbre, me persiguen.

 

 

 

Cielo Abajo

 

Holocausto   de la pobreza, te desbordas: 

de pupilas ardientes,

de manos  callosas,

de peones aristocráticos,

del origen de las luciérnagas,

de títeres   usureros,

de leguas unísonas,

de purga y de trago.

Me has alcanzado a veces

y a veces me atormentas para encajar

 y a veces te lo permito, pero ahora hago lo imposible,

 un gozo,

hay un pequeño gozo en la verdad de mi alma.

Has cambiado mis cerraduras un par de veces

 por si acaso logras quedarte con mi esencia.

 

Te lanzo   un par de monedas,

las coges, a veces las tragas, a veces vomitas

 y otros momentos finges estar a gusto con tu dolor.

Aunque prefiero que me tomes de tajo.

Absolutamente vaciada a través de ti,

mi cuerpo apolillado, se desvanece.

 

 

 

 

 

I

Hay dos de ellos en mis aullidos,

Hay dos de ellos  en mis   heridas, en  mis rozaduras, en  mis  ampollas, en mis flores, en mis petates, pero me gusta que a caudales me persigan para no dejar la costumbre del delito,

luchan por quedar de pie en mi dominio y veo codo a codo naufragar, en mi bosquejo subversivo de la inexistencia. Arde Roma y esta Patagonia enredada en mis venas.

 

Cielo abajo, 

y Yo más bajo viendo la inmundicia colocada

en mis tentáculos deje de ser virgen o santa.

Sigo en las horas y las horas pasan volátiles, grumosas, disueltas. 

 

II

Desde este acantilado

las ojeras de las paredes se perciben mejor,

hay vidrio roto humeando en las alfombras,

cráneos pisoteados por murciélagos.

Por Ellos que me atrapan a veces sin preservar,

Hay  laceración y en renacer observo al monigote de trapo.

¡Hay falacia en la cascada de voces,

 Hay dolor en la espina dorsal,

 me escapo, aunque los pies estén gastados, me voy.

 A naufragar en esta ciudad, a consentir la materia un poco más.

 A dejar de multiplicarme en los mercados, en los merenderos,

el escorbuto proliferado de la Merliot, San Marcos, Mejicanos, Zona Rosa

en la banalidad y las moscas en las aceras con los borrachos de los pueblos y las calles marginales de la capital…porque mis casas son ellos, ellos los invisibles.

 

 

 

III

 

Quiero decir, mientras me relajo

y la ebullición

y   el declinar

y la insalubridad no me agarran,

Al menos que no me atrapen con las manos limpias.

 

 

IV

 

¿Desdicha porque me persigues, porque esa manera de hacerme sonrojar

con ese ejercito de escafandras

con la lujuria desmedida de la prostitución y la pornografía?

ha caído la noche, la adorable y violácea estrella, ha venido compasiva,

y lame mis huesos por fin quietos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Manifiesto de un atardecer

 

Esas luces….

aquellas que me hacen volver

a las semanas pluviales de julio.

 

Bosquejos  cromados  que  arrancan las costumbres de las tardes,

entre hijos de la calle y el clima de malabaristas destartalados,

bajo la ceremonia de su exclamación, la correntada

sin pena ni queja sobre ellos, acongojados.

 

 Acosadora los rompe hasta el último consuelo de su Fe,

aun así: Me recomponen.

 

Estos  muelles de alabastros  y  saciedad

vestigios de golondrinas, ropaje de brújula sin edad.

 

Estoy abandonada de multitud

que avanzan hacia la misma edad.

 

 


 Roxana Artero 

Poeta ,Narradora y  artistas visual 

 


 

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

POEMAS DE JOSUE RAMOS

POESIA DE ALBERTO LOPEZ SERRANO

POEMAS DE ANY ABREGO