POEMAS DE FRANCISCO JAVIER
Un día más en mi vida.
Me veo al espejo y veo que nada es original.
Ni mi sonrisa, trato salga del corazón.
Veo mis dos caras, una falsa y la otra aun más.
Ninguna es verdadera como la lluvia que cae.
La gota replica mentira en tus ojos, fatal.
Trueno suena como cavidad bucal sin son.
No llega al corazón, cordura y razón de más. Rostros enfrentan, entre el bien y el mal naciente.
Cae el silencio sobre mis labios, sensacional
La aurora duerme, calla, fría, vive sensación.
Asecha dolor luto, mil lágrimas de angustias.
La tormenta pasa, el rencor queda, sol naciente.
Lágrimas de sangre.
PA COLOMBIA MIJO...
Sollosa el cielo con sus lágrimas de rosa.
El invierno arecía, como la dolorosa.
Sentir tus balas como lagrimas mortuorias.
En ainco de vivir y sentir alas de paz.
Bochornosos momentos idea caprichosa.
Navegando los sueños, vida envidiosa.
Ya veremos tormentos y lágrimas rojas.
Ya llueve, llueve cual lagrimas tormentosas.
Veo el frío infringir flagelos en la noble choza.
Veo ráfagas de viento destruir malabroza.
No llores madre, por tus hijas libertarias.
En hora buena, liquida, es la ofrenda mortuorias.
La tierra o tú.
¡Poesía, poesía, poesía para la mujer!
¿Que invento? ¿que escribo para ese ser?
La omniscente que nos dio placer.
La privilegiada que nos vio nacer.
O la hirente que al hombre envuelve.
Con sus llantos y lamentos detiene.
Ese ser que orienta que vamos hacer.
Ese ser divino, que embarga mi cien.
Sin costillas por ella he de quedarme.
Sin cerebro muchas veces infiere,
hemos perdido hasta la muerte.
gran mujer de todos los tiempos veme
No me des sufrimientos, envuelveme.
Acá estoy muy silente, espero verte.
Desaparecidos...
Dime de que sirve, agarrar consciencia,
las desapariciones son forzosas
Instrumentalizadas por un orden.
O son al azar, por desorden mental.
Las viceras, los ojos te sacan, malas
Personas buenas, latente duda fugaz
Todo se perpetúa, muere en el Edén
Compran las carnes corazón de metal.
Se rompen cuerpos corazón de cristal
Te entierran vivo, vivos los queremos.
Vivos los llevaron, hoy son recuerdos.
Se parten vidas queda un documental.
Se muren almas directa a los cielos.
Silencio sin más trámite ni recursos.
Día del desaparecido.
Cicatrices.
Una espina clavada en mi memoria,
es el veneno que no me deja en paz.
Esa espina por la noche te añora,
y en el día muy, muy moribundo andará.
Menos mal yo no recorro mi angustia,
así fuistes antídoto y veneno audaz.
Esta noche quiero vestirme de gloria,
¡Basta! ... Quiero retorcer mi memoria.
Ese aroma a rosas haga olvidarte.
Ese color de musa imperfecta sacie
otro veneno, llore esa espina, y nace.
Ya duerme en baúl de recuerdos no verte
Ya no importa tu nombre y quién saciarte.
Daja mi memoria veneno muere.
FRANCISCO JAVIER LINARES
Abogado , poeta , investigador
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